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Unas semanas antes de las elecciones generales, el Gobierno español aprobó un Real Decreto donde se regulan las nuevas condiciones de consumo de electricidad, que fomentan el autoconsumo colectivo y establece un mecanismo simple para compensar la energía autoproducida y no consumida. La nueva regulación energética ha supuesto el final al llamado «impuesto solar». Interpuesto para gravar el desarrollo de la energía solar fotovoltaica y el autoconsumo en energía renovable en España. Desde ahora, energía renovable en España quedará en línea con el resto de Europa y más cerca de alcanzar los objetivos energéticos de la UE para 2030.

El cambio climático, una cuestión de voluntad política

Precios más bajos y nuevos actores en el sistema eléctrico

Entre las nuevas medidas del Real Decreto, cabe destacar la autorización del autoconsumo colectivo que tiene como fin beneficiar desde los inmuebles hasta las pequeñas empresas. Desde ahora, varios consumidores podrán unirse a una misma instalación de paneles solares y se aprobará la instalación de paneles fotovoltaicos en edificios contiguos que posean una mejor orientación, siempre que haya un acuerdo entre ambos La UE eliminó el impuesto solar edificios. Por otro lado, esta nueva orden facilita las operaciones administrativas e instituye un mecanismo sencillo para la compensación de la energía autoproducida y no consumida.

La ministra de la Transición Ecológica prevé que el impulso del autoconsumo tendrá un efecto positivo en la actividad económica, en el sistema eléctrico y energético y en los consumidores. Por ejemplo, la reducción del precio de la factura eléctrica. Según el Gobierno, las medidas fijadas permitirán a todo el mundo aprovechar el potencial que ofrece la energía solar. Ya que nos proporcionará una alternativa a todos los ciudadanos y permitirá que haya una entrada de nuevos actores en el sistema eléctrico.

 

La UE eliminó el impuesto solar y la energía renovable en España se liberó

Con esta nueva medida, la energía renovable en España deja atrás su período de castigo. A finales de 2018 el Gobierno dio un gran paso para suprimir el llamado «impuesto del sol», que aprobó el anterior Gobierno. Esta ley tan polémica que imponía pagos por el autoconsumo no agradó a la Unión Europea, donde la disputa contra el cambio climático ha estado muy presente en el centro de la libreta política a lo largo de los últimos años.

Precios más bajos y nuevos actores en el sistema eléctricoUna de las prioridades que declaró la Comisión de Energía y Cambio Climático fue promover la utilización de energías renovables. Por tanto, conseguir un ahorro energético. No obstante, años atrás el Gobierno bloqueó los intentos de avance en cuestión de energías renovables.

Al realizarse la moción de censura que cambió el Gobierno español llegó el punto de inflexión. Semanas después, los gobiernos nacionales y el Parlamento Europeo pactaron aumentar del 27% al 32% la cuota obligatoria de energía que proviene de fuentes renovables para el 2030 y prohibir a los Estados miembros que mantengan la imposición del impuesto sobre la energía autoconsumida para llevar a cabo sus compromisos en la lucha contra el cambio climático.

 

El cambio climático, una cuestión de voluntad política

La codicia en la lucha contra el cambio en el clima es una elección de la política y el giro de última hora en la situación de los Gobiernos de Italia y España lo han confirmado al hacer que sea viable algo que parecía imposible. Esas fueron las declaraciones de Greenpeace en una nota de prensa Energía renovable en Españatras el acuerdo de la Unión Europea en junio de 2018. Pese a que este movimiento global consideró que los fines en cuestión de energías renovables establecidos para 2030 siguen siendo escasos. La organización elogió que se reconociera por primera vez el derecho de los ciudadanos a participar de una forma activa en el sector de la energía. Por lo tanto, España se vio obligada a terminar con el “impuesto solar”. De ese modo mejorará la energía renovable en España.

Para Greenpeace, este convenio supone un paso muy significativo con respecto al derecho de los ciudadanos, las autoridades locales, las empresas (tanto las medianas como las pequeñas) y las cooperativas a producir, consumir, almacenar y vender su propia energía renovable, sin estar sujetos a tasas punibles o limitaciones excesivas. Independientemente del resultado de las elecciones generales, España debe sumarse ahora a los esfuerzos de la UE para conseguir una energía de consumo sostenible. A partir de ahora, los españoles ya pueden tener un papel significativo que desempeñar. No sólo como consumidores sino además como productores responsables. Consiguiendo así una energía renovable en España más puntera.